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¡A falta de limones, jugo de naranja!

¡A FALTA DE LIMONES, JUGO DE NARANJA!


     Un humilde hombre, que cultivaba y distribuía limones, tenía un hijo muy perezoso que le gustaba tener todo lo que tuvieran sus amigos. Su padre siempre trataba de darle todo lo que podía, si su hijo quería un caballo, él le daba un potrillo, si él quería un cuatro, él le hacía unas maracas, si el hijo quería un carro, él le obsequiaba con muchos esfuerzo una bicicleta.

    Siempre el padre trataba de darle lo que le alcanzará, y cuando su hijo se ponía necio y disgustado por el regalo, el padre siempre le decía “Si la vida te da limones, has jugo de limón’’, el hijo siempre le decía que tenía que ver ese refrán con lo que él le pedía, y el padre le decía, muy simple hijo, si la vida te da un potrillo, cabalga con él, si te da unas macaras tócalas, si te da una bicicleta úsala, en la vida no siempre obtienes lo que quieres, pero si lo que necesitas. 

    El muchacho igual ignoraba las palabras de su padre, ya estaba harto de que su viejo, no le diera lo que él quería y además ya estaba cansado de que como una burla le dijera “Si la vida te da limones, haz jugo de limón”.

    Así que un día el hijo decidió hacerle una gran broma a su padre. Y con ayudas de unos amigos en la madrugada, tomaron todo los limones que estaban en los árboles de su padre. Y lo escondieron todo, dejaron uno o dos limones en cada árbol, además de colocar cuidadosamente varias naranja entre cada rama, cosa de que el padre cuando fuera a tomar los limones que quedaba le cayera las naranja en la cabeza. 

    El padres después de levantarse y desayunar, fue a recoger todo la cosecha, porque le tocaba ir a la ciudad a venderla, cuál sería su sorpresa cuando al acercarse a sus árboles de limones, no había casi nada, -Me han robado- pensó él, pero aun sin desistir, y sabiendo que necesitaba dinero, decidió recoger los limones que quedaban, y al mismo tiempo que jalaba el limón, decía su refrán preferido “Si la vida te da limones, haz jugo …’’ -Cuando de repente le cayeron cuatro o cinco naranja en la cabeza -“de naranja?’’.  Sorprendido jala el otro limón y caen más naranjas al suelo, el hombre entonces decide sacudir los árboles y tomar las naranjas y limones que habían, a lo lejos el hijo riéndose a carcajada veía al papá como recogía naranjas. 

   Cuando el padre llega de la ciudad, el hijo como si no sabía nada de lo que había pasado, le pregunta, ¿cuánto lotes de limón vendió?, el padre le contesta que ninguno, le dice que al parecer le había robado todo los limones algunos maleante y cuando ya pensaba que no vendería nada, de los arboles cayeron como gracia de Dios naranja… El hijo le contesta en tono burlesco, viste pá “Si la vida te da limones has jugo de limón” y el padre lo corrige, no muchacho, es así “A Falta de Limones Jugo de Naranja’’, que pesan más y el kilo lo vendí mejor, hoy gane más que vendiendo limón.

¡Lo que te de la vida, aprovéchalo!




                                                                                                                             Autora: Stefany Bello.