Yarico
Narra la historia de un agricultor y de los misterios del campo, este relato reúne las características de los cuentos contemporáneos y los métodos de preparación del terreno. Para poder entender mejor este cuento, hay que abrir la mente a lo sobrenatural y desconocido.
Durante algún tiempo atrás se la pasaba en el patio trasero de su casa, un pequeño y otro joven trabajando en la tierra, sus apariencias nunca me llamaron la atención, pero su comportamiento sí, en especial el pequeño.
A pesar de ser un niño como de tan solo 9 años, me parecía del todo, algo raro, como misterioso, se la pasaba todo el día en el patio trasero de su casa cavando la tierra como si quisiera cultivar algo.
Siempre los observaba desde la ventana de mi casa que quedaba justo detrás de la casa de esa extraña familia, nunca conocí a los padres de esos chicos, ya que me mudé a este campo hace tan sólo unos meses, dispuesto a trabajar la tierra como todo buen agricultor.
Siempre los observaba desde la ventana de mi casa que quedaba justo detrás de la casa de esa extraña familia, nunca conocí a los padres de esos chicos, ya que me mudé a este campo hace tan sólo unos meses, dispuesto a trabajar la tierra como todo buen agricultor.
Comencé a dudar del pequeño niño, cuando un día él se me acercó, yo estaba trabajando en mi terreno, ya que cuando me mude aquí me propuse cultivar mi propia comida y subsistir de ella, al menos me dedicaba a eso unas 12 horas al día, desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde, más o menos.
Bueno, el pequeño que se me acercó dijo llamarse Yarico, y me pidió una pala prestada y por su puesto como buen vecino se la di, él me pregunto – Señor, ¿Qué esta sembrando? – y señalando la tierra le conteste: Maíz, mucho maíz, y tú ¿Qué vas hacer con esa pala?, él me dijo: yo voy a sembrar junto a mi hermano muchos gatitos, ya que a él le gustan los gatos. Luego, hizo un gesto con la mano, como señal de despedida mientras se marchaba, sosteniendo la pala con su hombro.
Yo al principio me reí mucho, todos los días cada vez que iba a sembrar maíz me acordaba del pequeño y soltaba las carcajadas. En ocasiones algunas personas que pasaban esporádicamente se me quedaban viendo con cara extraña – apuesto que pensaran que estoy loco, jajaja-. Y contuve mis carcajadas para pensar, ¡Jé, que ingenuo es ese niño, umm pues los gatos no se siembran, ya que son animales no semillas!, y con ese pensamiento vagando por mi mente seguí trabajando.
Ya ha pasado una semana y el niño aun no me ha devuelto la pala, me pregunto ¿Qué estará haciendo?, mejor me asomare por la ventana de mi cuarto para ver. Entre a la casa y subí las escaleras, al acercarme a la ventana, aparte las cortinas y lo vi.
Allí está ese pequeño y ese debe de ser su hermano supongo. –¡Guao!- cuantos surcos, canales y hoyos ha hecho, yo diría que la nivelación de su terreno de siembra es perfecta, para ser un niño tan joven, sabe muy bien cómo son las condiciones para la siembra definitiva, ya que su terreno cumple con lo primero. Limpieza, por lo que se ve, su tierra no tiene ni una mala hierba, ni monte alguno, el rotulado está muy bien hecho, ya que la tierra se ve bien suave, yo apostaría que la capa arable del terreno esta volteada entre 20 o 30 cm, como es lo debido, el desterronamiento es perfecto, pero ese hedor a descomposición, como animal muerto ¿será el abono?.
Después de ese día se volvió una rutina para mí, asomarme por la ventana de mi cuarto para ver que hacia Yarico. Él a veces estaba y otras veces estaba su hermano, cuando Yarico estaba siempre olía a descomposición, yo pensaba apuesto que él abona siempre el terreno ¿pero con qué?, y recordé lo que me dijo Yarico aquel día y rápidamente baje por las escalera y corrí hasta la casa del niño y toque a su puerta.
Para mi sorpresa salió el hermano del niño con la cara chispeada en sangre y la ropa toda manchada, angustiado porque le hubiera ocurrido algo, le pregunte con la voz ahogada por querer salir todas las palabras al mismo tiempo -¿Qué le paso a tu hermano Yarico?- el muchacho contesto frunciendo el ceño: ¿mi hermano?, mi hermano murió hace veinte años, cuando tan solo tenía 9 años de edad, en un accidente automovilísticos con mis padres, ellos fueron a comprar un gato para mí, ya que era mi cumpleaños en ese entonces, pero nunca llegaron a casa,-dijo con los ojos vidrioso, como si fuese a llorar.
Aunque todavía estaba en shock le pregunte con la voz temblorosa peee…ro… ¿por qué está bañado en sangre?, a lo que él contesto:
-Ah eso, bueno, lo que paso fue que estaba cultivando y rotulando la tierra me lastime la mano con el pico, pero eso le pasa a cualquiera y dígame a que viene todas esas preguntas señor, ¿Qué desea?.
-Yo vine a buscar la pala que le preste a un niño pequeño que vive aquí, le dije.
-Já, respondió el joven de unos veinticinco años de edad más o menos – señor, yo vivo solo en esta casa desde hace 20 años y por este campo le aseguro que niños pequeños no hay, solo agricultores que viven para trabajar en la tierra- me dijo mientras cerraba la puerta.
Un escalofrió recorrió todo mi cuerpo, pues sabía lo que había pasado, y aunque siempre he sido una persona poco supersticiosa, no podía negarme la idea de que, lo que me había pasado era algo mucho más allá de lo normal. Así que amablemente le di las gracias y como ya había caído la noche, me persigne y seguí mi camino.
FIN.
Autora: Stefany Bello.
Autora: Stefany Bello.