¡Por una distracción!
Estaba de camino al supermercado
cuando vi a un hombre despreocupado soltar la mano de su pequeña hija para
sacar el teléfono celular de su bolsillo, en ese instante la niña corrió en
dirección a las vías siguiendo a una paloma que descansaba en medio de la
carretera.
Por otro lado a la distancia, un
semáforo cambió a luz roja y un auto azul arrancó a prisa, a través del
parabrisas se podía notar al conductor y su pareja discutiendo
desenfrenadamente, sin percatarse que una pequeña corría en medio de la vía.
Simultáneamente me encontraba
corriendo en dirección a la pequeña y gritándole a su padre quien se veía distraído
hablando por teléfono.
Al mismo tiempo iba un mesero
saliendo de la cafetería de la esquina con los pedidos, y yo me hallaba con la
vista puesta en la pequeña sin percibir lo que se encontraba delante de mí.
Con un golpe en seco tropecé con
el mesero haciendo que este cayera al suelo. La bandeja con las tazas de café
volaron por los aires y una de estas cayó en la cara de una señora que se
encontraba sentada en una de las mesas del local, la señora soltó un grito
descomunal, mientras se paraba de golpe sin ver lo que se encontraba en su
camino, al hacerlo tropezó con la acera y cayó de boca al suelo, dándose un
fuerte golpe.
En intervalos de segundo me
encontraba yo levantándome del suelo, mientras giraba mi cabeza preocupado en
dirección a la niña, a lo lejos se encontraba un gran alboroto, carros chocados
y una pequeña ilesa siendo sostenida por una señora, mientras lloraba
escandalosamente llamando a su padre.
En ese preciso instante fui
sacado del shock por un puñetazo en mi cara, al escupir la sangre y girar mi
cabeza en dirección al responsable, me encontré con la cara de un mesero
molesto, quien blasfemaba al mismo tiempo que me propinaba otro golpe en el
abdomen haciéndome caer nuevamente al suelo.
Al escogerme del dolor en el piso
y levantar la vista, pude ver como un señor mayor salió de la cafetería con su
hijo, al instante sus expresiones cambiaron a horror y corrieron en dirección a
la señora, quien mientras la levantaba acusó al mesero de lo sucedido, el
hombre mayor enfurecido le dijo a su hijo que llevara a la señora al auto
mientras se abalanzaba sobre el mesero que se había acercado a pedir disculpa.
En cuestión de un segundo, ya se
había formado un gran alboroto, donde muchas personas se acercaron e
intervinieron para separar al señor del mesero.
Aproveche el alboroto para
pararme del suelo y alejarme lo más rápido que pude del lugar. Mientras pensaba
que la distracción y la angustia no son una buena combinación. De cómo por un
momento de angustia nos segamos y actuamos sin percatarnos de que está
pasando a nuestro alrededor, y al hacerlo lastimamos a muchas personas e
incluso a uno mismo, empeorando las cosas, sin llegar a una solución.
Autora: Stefany Bello.
Autora: Stefany Bello.