Quiero saber mi futuro

     Había una vez un joven leñador que soñaba con muchas ansias ver su futuro, todos los días le pedía a Dios que le dejase ver su futuro.

      Un día mientras caminaba por el bosque, oyó una gran voz que estremeció todo el lugar, esa voz le decía: ¡En El Futuro Serás Un Gran Hombre!, confundido por quien le hablaba,  el joven comenzó a correr hacia donde la voz se escuchara más fuerte, y sin mirar por donde caminaba, tropezó y cayó arrodillado, frente a la orilla de un rio, al ver el agua, se vio a él reflejado en todo lo que soñaba ser, con toda la riqueza que quería poseer, en ese momento el joven comprendió que él que  le había hablado, era Dios, y satisfecho le dijo; “Gracias por mostrarme mi futuro señor’’.

     Transcurrieron los días, y el joven no trabajaba con el mismo empeño de antes, e incluso había días en los que ni si quiera trabajaba, ya que él sabía que en el futuro le iría muy bien.

     Los años no corrieron en vano, el joven de antes ya era un hombre adulto, pero aún seguía siendo leñador, no poseía una gran riqueza, no vivía en una gran mansión en la ciudad, todo lo contrario, vivía aún en su pobre cabaña en el bosque, disgustado, se adentró al bosque, y caminando por donde una vez hablo con Dios, comenzó a gritar:

- ¿Señor porque me mentiste?, ¡Ese no era mi futuro!

   Dios le contestó: ¡Hijo mío, yo no te he mentido!, “Tú mismo fuiste quien cambiaste tu futuro’’.

    Por eso Dios no deja al ser humano ver su futuro como tal, ya que si el hombre sabe su futuro, lo quiera o no, lo cambiará por completo.

 Por nuestra pereza y egoísmo...

¿Cuántas veces hemos cambiado nuestro futuro?


                                                                                                                            Autora: Stefany Bello.